De donde proviene la avena
Actualmente, la avena es una de las plantas más consumidas. Y es que su consumo tanto en el sector animal como en el ámbito humano se ha disparado en los últimos años. Esto se debe en gran parte a las grandes propiedades y beneficios que su consumo representa. Pero, ¿alguna vez te has planteado de dónde proviene la avena?
Pues no cabe duda de que uno de los alimentos ecológicos por excelencia tenía que tener sus inicios en la prehistoria. Y es que ya en la edad de Bronce se menciona este rico vegetal. Por tanto, si hay que establecer de dónde proviene la avena, debemos comenzar por el cuándo.
Conoce de dónde proviene la avena
Como decimos, el consumo de este cereal ya era un hecho en la prehistoria, más concretamente durante la Edad de Bronce. Ya en ese momento comenzó a ser uno de los alimentos básicos para animales y humanos. Sin embargo, para saber de dónde proviene la avena tal y como la concebimos hoy, hay que dar un paso adelante en la historia.
Es durante el imperio romano cuando los guerreros llevaron esta planta a tierras británicas. Fue allí, en tierras muy húmedas, donde comenzó a cultivarse en masa, sirviendo sobre todo como alimento para los animales. Y es que sus propiedades hacen que este cereal sea ideal para todo tipo de aves, caballos y demás.
Con el paso de los años, y los siglos, esta planta tan apreciada para el consumo animal comenzó a ser también (de nuevo) de consumo humano. Quizás gran parte de esto se deba al hecho de que este cereal se cultivaba cada vez en más lugares.
Y es que para saber de dónde proviene la avena no debemos fijarnos sólo en las húmedas tierras británicas. Basta con ver las variedades que se extienden actualmente en diferentes zonas del mundo.
La avena orientalis es la más cultivada en lugares como España mientras que la avena blanca, con origen mediterráneo, se cultiva en los climas más extremos del norte europeo. Por su parte, la avena roja se cultiva en los climas más secos mientras que la avena desnuda lo hace en diferentes zonas de Asia.
